En esta sección se presenta una breve síntesis de los métodos de análisis que se usaron para obtener un marco coherente los resultados en términos de mitigación, adaptación y compensaciones. Para más información y detalle Ver el ANEXO 1.
La ecuación general para la estimación de emisiones es la siguiente:
Emisión = ∑(F.A*F.E)
Donde,
Emisión = Emisión CO2 (kg)
F.A = Factor que define las características de la actividad a estimar
(p.e. Cantidad de combustible utilizado, Producción de minería de carbón, etc...)
FE = factor de emisión para cada actividad a estimar (Gg /unidad de actividad)
El GHG Protocol es una herramienta que ha sido desarrollada entre el World Resources Institute (WRI) y el World Business Council for Sustainable Development (WBCSD), junto con empresas, gobiernos y grupos ambientalistas de todo el mundo, para el cálculo del inventario de emisiones. Esta incluye en su contabilidad los seis gases de efecto invernadero (GEI) previstos en el Protocolo de Kioto (dióxido de carbono -CO2-, metano -CH4-, óxido nitroso -N2O-, hidrofluorocarbonos -HFCs-, perfluorocarbonos -PFCs- y hexafluoruro de azufre -SF6-). Para ayudar a delinear las fuentes de emisiones directas e indirectas, mejorar la transparencia, y proveer utilidad para distintos tipos de organizaciones y de políticas de cambio climático y metas empresariales, se definen tres alcances: Alcance 1 Emisiones directas de GEI, Alcance 2 Emisiones indirectas asociadas a la electricidad y Alcance 3 otras emisiones indirectas.
El análisis de la adaptación al cambio climático se divide en cuatro componentes: amenaza, vulnerabilidad del sistema, vulnerabilidad de entorno y proyecciones climáticas; además, sus cálculos incluyen la información suministrada por la empresa.
En primer lugar, se identifican y califican (frecuencia de ocurrencia y estimación de daños) las amenazas climáticas que pueden afectar la operación, tales como: desabastecimiento hídrico, inundaciones, olas de calor y frío, remoción en masa, incendios forestales, vendavales, tormentas tropicales, huracanes y aumento del nivel del mar.
En segundo lugar, la vulnerabilidad se calcula mediante los indicadores de sensibilidad y capacidad de adaptación. A su vez, la sensibilidad, que se entiende como la predisposición a la afectación negativa, se estima a partir de la caracterización de la estructura operativa y empresarial; mientras, la capacidad de adaptación, que se comprende como la habilidad de la empresa para enfrentar los retos de las externalidades derivadas del clima cambiante, se valora de los recursos disponibles para la operación.
Finalmente, se menciona que las estimaciones incluyen consideran las variaciones de precipitación y temperatura del departamento donde se localiza el proyecto y las proyecciones realizadas por el IDEAM y la Tercera Comunicación Nacional de Cambio Climático (TCNCC).
La contabilidad de carbono que se propone para determinar el balance neto de emisiones asociadas a las actividades de compensación, se basa principalmente en niveles uno y dos del módulo «Tierras» de la metodología del IPCC de 2006 para el sector AFOLU (agricultura, silvicultura y otros usos de la tierra, por sus siglas en inglés). En esta solo se imputa el cambio en los contenidos de carbono presentes en la biomasa aérea, ya que la información obtenida no posee una descripción detallada del cambio de uso de la tierra, además el país no posee factores de emisión/absorción local.